miércoles, 12 de marzo de 2025

lorenzo pataro / tres poemas











Pienso en los muertos del pueblo que ya nadie
recuerda. Las flores falsas que se marchitan, las flores secas,
la escarcha que escarba en las tumbas destapadas.
Lo que queda. Qué queda en una foto
de todo el orbe de una persona.
Una inscripción, una fecha, algún objeto.
Qué queda. Pienso en todos los difuntos
que no dejan rastro. Bendigo
sus nombres, percibo su sueño
como una aguja, mi noche
en el ojo de la suya.

~

Todavía vuelve el gavilán
el milano a plantar su grito en mi espalda
para recorrer el dolor como un dedo
que toca la herida y la repara

vuelve la época de los enamorados
y abre las voces de los tordos en la niebla

si tiras el pimpollo al cemento
la urraca lo roba y lo guarda

en el nido, descubre tu secreto
y toda plegaria deja de brillar

todavía vuelve el gavilán
el aguililla se precipita de lleno.

~

Estrella de grafito, te arrojo
entre las olas, leve combustión.
Luz primitiva, hazme hiena
hazme arado, perseguido
en la niebla. Luz-vientre.
Te arrojé en todos los poros
nacimiento ulterior, don de los naufragios,
trabajo de restauración, oro sabio.

***
Lorenzo Pataro (Castrovillari, 1998-Ponte di Legno, 2025)
Versiones de Nicolás López-Pérez

/

Penso ai morti del paese a cui non pensa
più nessuno. Gli ingrigiti fiori finti, i fiori secchi,
il gelo che fa tana nelle tombe scoperchiate.
Quanto resta. Cosa resta in una foto
di tutto il mappamondo di un umano.
Una scritta, una data, qualche oggetto.
Cosa resta. Penso a tutti i trapassati
che non lasciano una scia. Benedico
i loro nomi, percepisco il loro sonno
come un ago, la mia notte
nella cruna della loro.

~

Ancora ritorna lo sparviero
il nibbio a piantare l’urlo nella schiena
a percorrere il dolore come un dito
che tocca la ferita e la ripara

la stagione degli amori ritorna
e spalanca i richiami dei tordi nella nebbia

se getti il germoglio sul cemento
lo ruba la gazza e lo conserva

nel nido poi scopre il tuo segreto
e smette di brillare ogni preghiera

ancora ritorna lo sparviero
la poiana caduta a capofitto.

~

Stella di grafite, ti ho gettato
tra le onde, lieve combustione.
Luce primitiva, fammi iena
fammi aratro, braccato
nella nebbia. Luce-grembo.
Ti ho gettato in tutti i pori
nascita ulteriore, dono dei relitti,
fatica del restauro, sapiente oro.

martes, 11 de marzo de 2025

josé jorge letria / tres poemas













Meditación sobre los poderes

*

Rubricaban los decretos, las hojas tristes
sobre la mesa de sus poderes efímeros.
Querían ser reyes, zares, tantas cosas,
Y se rodeaban de pequeños cuervos,
parladores y reverentes, de los que repiten:
eres grande, nadie te iguala, nadie.
Repartían entre ellos los tesoros y las dádivas,
murmurando forjadas confidencias,
no amando a nadie, nada respetando.
Se encantaban con el eco licuado
de sus voces comandando, decretando.
Se banqueteaban con la pequeñez
de todo cuanto juzgaban ser grande,
con los cuadros, con el fulgor nuevo-rico
de las venias y de los protocolos. Llegaba la muerte
y les mostraba lo fugaz que es todo
cuando, humanamente, se está de paso,
cuerpo en tránsito hacia ningún lado.
Acababan siempre llorando sobre la miseria
de sus títulos hundidos en la tierra cenagosa.

~

Oda al gato

*

Tú y yo tenemos en común
la rebeldía que desasosiega,
la materia compulsiva de los sentidos.
Que nadie nos dome,
que nadie intente
reducirnos al silencio blanco de la ceniza,
pues tenemos alientos amplios
de viento y de niebla
para erguirnos de nuevo
y, sobre el desconsuelo de los escombros,
formar el salto
que lleva a la gloria o a la muerte,
conforme la armonía de los astros
y la regla elemental del destino.

~

La avidez de un instante

*

Todo renegaré menos el afecto,
y llevo un cetro y una corona,
el primero de hierro, la segunda de brezo,
para ser el rey efímero
de ese amor único y breve
que se diluye en partidas
y se fragmenta en preguntas
iguales a la de los amantes
que la claridad aturde y convierte.
Déjame reinar en ti
el tiempo sólo de un relámpago
incendiando la hierba seca de los celos.
Y si tengo que montar guardia,
que sea alrededor de tu sueño,
en un éxtasis de labios sobre el césped,
en un delirio de besos sobre el vientre,
en un asombro de dedos bajo la ropa.
Yo estaba muerto y no sabía, sabes,
que hay un tiempo dentro de este tiempo
para que renazcamos con los corales
y que seamos eternos en la avidez de un instante.

***
José Jorge Letria (Cascais, 1951)
Versiones de Raquel Madrigal Martínez

/

Meditação sobre os poderes

*

Rubricavam os decretos, as folhas tristes
sobre a mesa dos seus poderes efémeros.
Queriam ser reis, czares, tantas coisas,
e rodeavam-se de pequenos corvos,
palradores e reverentes, dos que repetem:
és grande, ninguém te iguala, ninguém.
Repartiam entre si os tesouros e as dádivas,
murmurando forjadas confidências,
não amando ninguém, nada respeitando.
Encantavam-se com o eco liquefeito
das suas vozes comandando, decretando.
Banqueteavam-se com a pequenez
de tudo quanto julgavam ser grande,
com os quadros, com o fulgor novo-rico
das vénias e dos protocolos. Vinha a morte
e mostrava-lhes como tudo é fugaz
quando, humanamente, se está de passagem,
corpo em trânsito para lado nenhum.
Acabaram sempre a chorar sobre a miséria
dos seus títulos afundados na terra lamacenta.

~

Ode ao gato

*

Tu e eu temos de permeio
a rebeldia que desassossega,
a matéria compulsiva dos sentidos.
Que ninguém nos dome,
que ninguém tente
reduzir-nos ao silêncio branco da cinza,
pois nós temos fôlegos largos
de vento e de névoa
para de novo nos erguermos
e, sobre o desconsolo dos escombros,
formarmos o salto
que leva à glória ou à morte,
conforme a harmonia dos astros
e a regra elementar do destino.

~

A Sofreguidão de um instante

*

Tudo renegarei menos o afecto,
e trago um ceptro e uma coroa,
o primeiro de ferro, a segunda de urze,
para ser o rei efémero
desse amor único e breve
que se dilui em partidas
e se fragmenta em perguntas
iguais às das amantes
que a claridade atordoa e converte.
Deixa-me reinar em ti
o tempo apenas de um relâmpago
a incendiar a erva seca dos cumes.
E se tiver que montar guarda,
que seja em redor do teu sono,
num êxtase de lábios sobre a relva,
num delírio de beijos sobre o ventre,
num assombro de dedos sob a roupa.
Eu estava morto e não sabia, sabes,
que há um tempo dentro deste tempo
para renascermos com os corais
e sermos eternos na sofreguidão de um instante.

lunes, 10 de marzo de 2025

elena liliana popescu / dos poemas












A ti, que estás abriendo este libro

*

Trata de dejar de lado las preocupaciones del día para poder entrar juntos en la realidad del Sueño llamado Poesía, abriendo la puerta de tu corazón a estos versos escritos especialmente para ti.
Nacieron en mi corazón cuando les tocó desprenderse del mundo de las formas-pensamientos y revestirse en el mundo de las formas-palabras, para presentarse, cuando hayan cumplido su destino, a la ceremonia del encuentro contigo, lector.

La simplicidad que en su esencia significa la Verdad no puede expresarse más que por el silencio. Todas las palabras del mundo lo único que hacen es intentar describir el silencio.

El conocimiento de sí mismo, el ideal más simple y el más difícil de alcanzar es la finalidad de cada hombre por separado y la del mundo entero y a ella se subsume toda nuestra búsqueda. Algunas veces la búsqueda cobra la forma de lo que podemos llamar poesía.

Los poetas vienen y se van, dejando su empeño por descubrir el rostro invisible de la Poesía, la cual nos mira sin juzgarnos desde el otro lado del velo de la Ilusión

~

Si se pudiera

*

Si se pudiera alguna vez
medir lo inconmensurable,
abarcar lo ilimitado
y, atravesando la nada,
no ser lo uno ni lo otro…

Si se pudiera alguna vez
ser amor sin amar,
ser esperanza sin esperar,
ser palabra sin hablar,
ser pensamiento sin pensar…

Si se pudiera alguna vez
oír lo inaudible,
ver lo invisible
y aprender lo ignorado,
¿habría un nuevo comienzo?

***
Elena Liliana Popescu (Turnu Măgurele, 1948)
Versiones de Joaquín Garrigós

domingo, 9 de marzo de 2025

isla correyero / tres poemas













Para quien escribo

*

Mi hijo de diez años me ha preguntado para quién escribo.
Mi palabra sale de la afonía de una guardia, de un sufrimiento crónico.
Escúchame, Paolo, yo quisiera escribir para todos los que sufren en esta larga galería de la muerte.
Para los que lloran por el clima y desfallecidamente caen entre las sábanas mojadas.
Para las madres que nunca acaban de perder al hijo estremecido y permanecen a su lado las horas eternas de las tinieblas.
Escribo para los ancianos sin sucesión ni campos de manzanas que llaman solitarios a los timbres temblando por su incontinencia.
Para el bálsamo de su inmovilidad escribo en el lavatorio de sus heces.
Escribo, Paolo, para las alas fosfóricas de la guadaña que pasa cada noche sobre el piso noveno y deja caer su cucharón de palo para comerse al más ausente.
Para los hijos, escribo, los hijos que fuman los cigarros amargos a escondidas y lloran lágrimas nerviosas porque aún no han accedido a la soberanía de la enfermedad.
Para las hermanas levísimas que besan en los labios y en los dedos la amarilla delicia de la fiebre de su hermano.
Dulce niño que no comprenderás ahora estas palabras que levanto:
Para los enfermos atados a las camas que ven las rápidas transformaciones de la luna y las tortugas.
Para las esposas continuas que sólo van a casa a lavarse el olor y la vertiginosa lucidez de los zumbidos.
Escribo, Paolo, para el amante que no podrá entrar a besar a su amado y que sufre llamándolo, sin voces: amor mío, amor mío.
Escribo, Paolo, para valorar el trabajo de las limpiadoras que renuevan el hospital y el ruido de la orina.
Para los delicados y sorprendentes celadores, las voladoras cocineras, los peluqueros ágiles, los dóciles suplentes.
Para las enfermeras azules de la eternidad y sus ayudantes, los médicos humildes.
Para los estudiantes que vienen a devorar la enfermedad con su infantil y entusiasmado volumen de primero.
Para la misericordia y la paciencia, escribo.
Para declarar que el olor de los medicamentos y las deyecciones precipitan las tragedias.
Para los trasplantados, los locos, los quemados, los absortos en el estrabismo de la muerte.
Querido niño azul, yo escribo para los animales que trabajan en el ovillo de la hierba y nunca acaban de vagar por el animalario.
Y sobre todo, sobre todos los seres de este mundo, yo escribo para él, tú ya lo sabes, para él, que se ha ido en esta primavera y se ha llevado todo mi derrumbado diccionario de la medicina.

~

El deseo

*

Ésta es la enfermedad cruel del deseo.
La ruta de los pájaros sonámbulos
en vuelo breve bajo las tormentas.
Conozco sus libreas y sus máculas
Y las motrices ansias eternales,
demasiado bien lo conozco.

Desciende azotándome hasta el cauce
y arranca blancas prendas con su apremio.
Cruza paisajes de escarcha subterránea,
desiertos, lunaciones, parajes en crepúsculo.
Es un huésped simbionte en las dunas más altas.
Es un paraje negro oculto entre la nieve.

Cuando llegan las horas del silencio
se asienta en mí y persiste
balancea mis ancas, las abulta.
Es un impulso espeso y enturbiado
que bordea mis labios
y que en fugaz ración muestra su presencia.

Nada sabe del alma ni sus incubaciones,
nada necesita:
sólo el grueso espejo de otro cuerpo caliente.
Y sólo permanece la sombrilla violeta de mis ojos breñales
cuando en la nublada languidez del vaho
el cristal no devuelve más que su superficie.

Ésta es la enfermedad cruel del deseo
que por ti siento siempre,
hondísimo
quemando,
y no devuelto.

~

Mi retrato a lápiz


Soy melancólica. Melómana. Trapecista en la cuerda de los sueños y el arte. Cumplo con mi destino de guerrera. Canto lo bello y lo perfecto. Bebo, fumo y esnifo. Mi mente es un río caudaloso que nadie ha dominado. Soy perversa, cruel y me bañan las lágrimas a solas. Adoro la justicia y los bienes perdidos. Bramo de odio en lo alto de las cumbres si no consigo lo que busco. Esquizofrénica, locuaz e impertinente. Me gustan los licores y las sedas. Amo el destierro, los bosques y la danza. Mis aventuras escandalizan a los necios y con el dedo me gusta tocar los labios de la noche. Idolatro la luz que expresa Kubrick y el tormento exquisito de Visconti. De mí se dice que no me harto de belleza y que bebo a destiempo de los cuerpos. Vomito internamente ante lo vulgar y lo ridículo y desgarro mi pecho ante lo feo. Me gozo en soledad como un diamante y brillo entre celajes como nutria. De niña coleccionaba tréboles y olores, insectos y lecturas. Nunca mi espada está enfundada y he aprendido el arte de la esgrima. Me gustan las hierbas y la magia y busco el Grial para mi amo. Soy heroica, altanera y distraída. Me cobijo en mansiones de alquiler y no obedezco leyes ni partidos. Me gustan los vaqueros y las pieles, el lino y los trajes ajustados. Mido uno sesenta de estatura y ochenta mal medidos de busto confidente. El tacto de la nieve me subyuga, oír a Bach me iza y me conmueve, oler a piel me excita doblemente; ver una toma en treinta y cinco de Murnau me hace comprender qué es la poesía. Como el Vesubio expulso lava incandescente al recordar la Italia. Llevo siempre carmín rojísimo en los labios y altos zapatos de tacón granate. Tengo arrebatos de amor hacia cualquiera y el sexo para mí es una sombra.

!Y me gusta jugar a lo que sea!

***
Isla Correyero (Miajadas, 1957)

sábado, 8 de marzo de 2025

ikkyu sojun / el buey













Lo único que hice fue enseñar en medio de las bestias.
Lo que puedas hacer dependerá de tu situación;
tu situación dependerá de lo que puedas hacer.
Nacido de nuevo, olvidé mi antiguo origen;
ya nadie sabe cuál era mi nombre monástico en aquella época.

***
Ikkyu Sojun (Kioto, 1394 -Kyōtanabe, 1481)
Versión de Pedro Castro Sánchez

viernes, 7 de marzo de 2025

rené char / dos poemas









La aldea vertical

*

Como lobos ennoblecidos
Por su desaparición
Acechamos el año del miedo
Y de la liberación.

Lobos nevados
De las lejanas batidas,
De fecha borrada.

Bajo el porvenir que gruñe,
Furtivos, esperamos,
Para afiliarnos,
La amplitud de la altura.

Sabemos que las Cosas ocurren
Repentinamente,
Oscuras o demasiado adornadas.

El dardo que unía los dos paños
Vida contra vida, clamor y monte,
Fulguró.

                                                 Le Nu perdu, 1971

~

¡Hiciste bien en irte Arthur Rimbaud!...

*

¡Hiciste bien en irte Arthur Rimbaud! Tus dieciocho años refractarios
a la amistad, a la malevolencia, a la zoncera de los poetas de París y
al ronroneo de abeja estéril de tu familia ardenense un poco loca:
hiciste bien en dispersarlos al viento de los confines, en arrojarlos
al cuchillo de su precoz guillotina. Tuviste razón al abandonar el
bulevar de los perezosos, las fondas de los mea-liras, a cambio del
infierno de las bestias, del comercio de los astutos y del saludo de
los simples.
¡Ese impulso absurdo del cuerpo y del alma, esa bala de cañón que
alcanza su blanco haciéndolo estallar, sí, es eso la vida de un
hombre! No se puede, al salir de la infancia, indefinidamente
estrangular al prójimo. Aunque los volcanes poco cambien de lugar, su
lava recorre el gran vacío del mundo y le lleva virtudes que cantan en
sus heridas.
¡Hiciste bien en irte Arthur Rimbaud! Somos unos pocos en creer sin
pruebas que la felicidad es posible junto a vos.

***
René Char (L'Isle-sur-Sorgue, 1907-París, 1988)
Versiones de Raúl Gustavo Aguirre y Magdalena Cámpora respectivamente

/

Le village vertical

*

Tels des loups ennoblis 
Par leur disparition, 
Nous guettons l'an de crainte 
Et de libération.

Les loups enneigés 
Des lointaines battues, 
A la date effacée.

Sous l'avenir qui gronde, 
Furtifs, nous attendons, 
Pour nous affilier, 
L'amplitude d'amont.

Nous savons que les Choses arrivent
Soudainement,
Sombres ou trop ornées.

Le dard qui liait les deux draps 
Vie contre vie, clameur et mont, 
Fulgura.

~

Tu as bien fait de partir Arthur Rimbaud! Tes dix-huit ans
réfractaires à l’amitié, à la malveillance, à la sottise des poètes de
Paris ainsi qu’au ronronnement d’abeille stérile de ta famille
ardennaise un peu folle, tu as bien fait de les éparpiller aux vents
du large, de les jeter sous le couteau de leur précoce guillotine. Tu
as eu raison d’abandonner le boulevard des paresseux, les estaminets
des pisse-lyres, pour l’enfer des bêtes, pour le commerce des rusés et
le bonjour des simples.
Cet élan absurde du corps et de l’âme, ce boulet de canon qui atteint
sa cible en la faisant éclater, oui, c’est bien là la vie d’un homme !
On ne peut pas, au sortir de l’enfance, indéfiniment étrangler son
prochain. Si les volcans changent peu de place, leur lave parcourt le
grand vide du monde et lui apporte des vertus qui chantent dans ses
plaies.
Tu as bien fait de partir, Arthur Rimbaud ! Nous sommes quelques-uns à
croire sans preuve le bonheur possible avec toi.

jueves, 6 de marzo de 2025

silvina lópez medin / debería estar escribiendo un prólogo











me quedo en este umbral
escalón de piedra
así me senté a llorar un día
frente a una puerta roja
un desconocido me entregó un pañuelo de papel
dijo don’t
worry, it’s not 
worth it, no era el comienzo
de una conversación, siguió de largo y yo seguí
el pañuelo en las manos
al final deshecho
pequeños pedazos de papel
como los que mi padre se pegaba en el rostro
después de afeitarse
ahí donde hay una herida abierta hay
el riesgo de que algo se pegue
un papel o una frase,
it’s not worth it
ante la indefinición de un corte
lo primero que surge son
instrucciones
primeros auxilios
hace falta
tomar ciertos recaudos
apretar la herida es lo primero
acercar sus bordes
y apretar
según el tamaño
según su ubicación
sobre todo no pensar en el filo
en lo contundente
de esa imagen
la publicidad de hojas de afeitar
gillette, la acumulación de las t
triple hoja
un pelo que se corta y cae
y otro
y otro
decir al oído de quien padece
don’t worry, don’t worry
las palabras van
creando un ritmo que se acopla
a la respiración
debe ser eso dar aliento,
me pidieron que escribiera un prólogo no esto
un comienzo, no
algo anterior al comienzo
de un libro, nunca antes
escribí un prólogo, ante lo desconocido
uno se aferra a lo conocido
un escalón de piedra, una puerta roja
un manojo de imágenes
como los niños se aferran a cierta secuencia
baño comida sueño baño comida sueño
hoy
tengo la edad en que veía los cortes en tu rostro
hoy
me corté al afeitarme
padre, el tiempo
deja caer su gota
abrí la puerta
me senté en un escalón
un desconocido me habló en su lengua ajena don’t
worry pero era tu voz
y no era una instrucción
era un comienzo.

***
Silvina López Medin (Buenos Aires, 1976)

miércoles, 5 de marzo de 2025

patrick kavanagh / shancoduff










Mis colinas negras nunca han visto salir el sol,
eternamente miran al norte, hacia Armagh.
La mujer de Lot no sería sal si no hubiese
sido curiosa como mis colinas negras, que son felices
cuando el amanecer blanquea la capilla Glassdrummond.
 
Mis colinas atesoran los brillantes chelines de marzo
mientras el sol busca en cada bolsillo.
Son mis Alpes y he escalado el Matterhorn
con una gavilla de heno para tres terneros moribundos
en el campo bajo el Big Forth de Rocksavage. 

El aguanieve de los vientos acaricia las barbas espinosas de Shancoduff
mientras los arrieros que se refugian en Featherna Bush
miran hacia arriba y dicen: “¿De quién son esas colinas hambrientas
que la polla de agua y la agachadiza deben haber abandonado?
¿De un poeta? Entonces, caramba, debe ser pobre”.
Oigo y, ¿acaso mi corazón no está gravemente conmovido?

***
Patrick Kavanagh (Inniskeen, 1904-Dublín, 1967)
Versión de Jorge Fondebrider

/

Shancoduff 

*

My black hills have never seen the sun rising,
Eternally they look north towards Armagh.
Lot's wife would not be salt if she had been
Incurious as my black hills that are happy
When dawn whitens Glassdrummond chapel.

My hills hoard the bright shillings of March
While the sun searches in every pocket.
They are my Alps and I have climbed the Matterhorn
With a sheaf of hay for three perishing calves
In the field under the Big Forth of Rocksavage.

The sleety winds fondle the rushy beards of Shancoduff
While the cattle-drovers sheltering in the Featherna Bush
Look up and say: "Who owns them hungry hills
That the water-hen and snipe must have forsaken?
A poet? Then by heavens he must be poor."
I hear and is my heart not badly shaken?

martes, 4 de marzo de 2025

charles baudelaire / el héautontimoruménos





            

                   
                             a  J. G. F.

Te golpearé sin cólera alguna
y sin odio, como un carnicero,
como Moisés golpeara la roca
y hasta haré brotar de tu ojo

para alimentar mi Sahara propio
a las vertientes del sufrimiento.
Mi deseo de esperanza henchido
habrá de flotar sobre tu llanto salino

como un barco que se larga hacia la mar
y como en mi corazón, al que colmaron,
habrán de retumbar tus queridos sollozos
como un tambor que bate parche al atacar.

¿No soy un arpegio disonante
que suena en la divina sinfonía
todo gracias a la voraz ironía
que me mantea y me muerde?

¡En mi voz está ella, la turba!
¡En mi sangre el veneno negro!
Yo soy el siniestro espejo
donde se contempla la furia.

¡Yo soy el puñal y la herida!
¡Soy el cachetazo y la mejilla!
¡Los miembros y el tormento,
el verdugo y el atormentado!

¡De mi corazón vampiro tenaz,
de esos grandes abandonados,
a la risa eterna ya condenados
y que no pueden sonreír jamás!

N. del T.  “Héautontimoruménos” es en griego “el que se castiga a sí mismo”. Tal el título de una comedia del romano Terencio. Pero también es mencionado en la tercera de las “Jornadas de San Petersburgo” por Joseph de Maiestre (junto con Poe sus autores favoritos), como que “tout mechant ces’t un héautontimorouménos”. Es decir que “todo malvado es un...”
A quién pertenecen las iniciales de la dedicatoria, no ha podido ser resuelto hasta ahora. Existen dos hipótesis, la de Jacques Crepet y Jean Pommier que proponen “Jeanne Gentille Femme”, referido a su conocida amante, la mulata Jeanne Duval. Pero Ives Le Dantec se inclina por Juliette Gex-Fagon, dato recogido en la conocida biografía de Baudelaire de François Porché.
Baudelaire emplea aquí el título en griego mediante su maravillosa contaminatio de imágenes sacras y profanas como el typo del concepto de modernidad -por él acuñado. Y como aquel que sabe o recuerda “la otra mitad eterna del arte”, pero que se mueve o directamente habita en el lado terreno y caído de las cosas. Tal sus poemas “El albatros” y “Correspondencias” que, junto con éste que vertimos aquí, forman un terceto ejemplar al respecto.

***
Charles Baudelaire (París, 1821-1867)
Versión de Angel Faretta

/

L'Héautontimoruménos

*

                          a: J. G. F.
           
Je te frapperai sans colère
Et sansa haine, comme un boucher,
Comme Moïse le rocher!
Et je farai de ta paupière,

Pour abreuver mon Sahara,
Jaillir les eaux de la souffrance.
Mon désir gonflé d’espérance
Sur tes pleurs salés nagera

Comme un vaisseau qui prend la large,
Et dans mon coeur qu’ils soûleront
Tes chers sanglots retentiront
Comme un tambour qui bat la charge!

Ne suis-je pas un faux accord
Dans la divine symphonie,
Grâce à la vorace Ironie
Qui me secoue et qui me mord?

Elle est dans ma voix, la criarde!
C’est tout mon sang, ce poison noir!
Je suis le sinistre miroir
Où la mégère se regarde!

Je suis la plaie y le couteau!
Je suis le soufflet et la joue!
Je suis les membres et la roue, 
Et le victime et le bourreau!

Je suis de mon Coeur le vampire,
-Un des ces grands abandonnés
Au rire éternel condamnés,
Et qui ne pouvent plus sourire!

lunes, 3 de marzo de 2025

catherine barnett / "¿alguna vez has escrito un poema acerca de la muerte?" mi mamá pregunta










Seguimos diciendo «está bien, está bien, está bien»
a las improvisaciones que recorren el cuerpo de mi padre
como una apnea,

como inútiles plumeros anaeróbicos que irradian lo que él es, fue y es.
No puedo saber cómo será cuando se haya ido.
Él no es la «curiosidad olvidada de Dios» de Williams mostrándose...

en el tercer borrador de «Muerte».
Ese hombre de ahí es mi padre.
Este hombre aquí, justo aquí.

Sólo en estos últimos largos años he sido capaz de consolarlo,
No me hubiera atrevido antes, él desconfiaba del consuelo...
y bebía su café negro para evitar la molestia de la leche.

Ahora puedo poner mi mano aquí, sobre su cabeza.
Y todo lo que tengo que hacer es mantener mi cara tranquila, un espejo tranquilo
para sus ojos vacíos y buscadores.

Ese hombre de ahí es mi padre.
Este hombre de aquí, justo aquí.
He usado la palabra hospicio antes, sin entender,

sólo escuchando el silbido ad hoc
y los rociadores apneicos preternaturales de la infancia,
la manguera verde oscuro de

la muerte alimentando los extraordinarios plumeros.

***
Catherine Barnett (Washington D.C., 1960)
Versión de Nicolás López-Pérez

/

“Have You Ever Written a Poem about Death?” My Mother Asks

*

We keep saying “it’s ok it’s ok it’s ok”
to the improvisations sweeping through my father’s body
like apnea,

like anaerobic gewgaw plumes radiating from what he is and was and is.
I can’t know what it will be like when he’s gone.
He’s not Williams’s “godforsaken curio” showing up

in the third draft of “Death.”
That man there is my father.
This man here, right here.

Only in these last long years have I been able to comfort him,
I wouldn’t have dared before, he distrusted comfort
and drank his coffee black to avoid the inconvenience of milk.

Now I can put my hand right here on his head.
And all I need to do is keep my face calm, a calm mirror
to his blank and seeking eyes.

That man there is my father.
This man here, right here.
I’ve used the word hospice before, without understanding,

just listening to the ad hoc hiss
and preternatural apneic sprinklers of childhood,
the dark green hose of

death feeding the extraordinary plumes.

domingo, 2 de marzo de 2025

hugo mujica / en la noche sobre la playa










hay lunas
que pintan de cal las noches,

noches en que el silencio
arde
mientras el viento
hace girar
cenizas en su rueda sin destino.

quedaría hacerse casa,
ordenar los escombros o cavar en las cenizas
la imposible madriguera

morder los labios
para probar el filo
               de los propios dientes

o elegir la mansedumbre
de cerrar los ojos
y esperar

como un caballo en la noche tumbado
sobre la playa,

un caballo caído
                    con la pata quebrada.

***
Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942)

sábado, 1 de marzo de 2025

vicente huidobro / por esto y aquello









Por el rumor que viene como una memoria
El profundo horizonte
Por la flor que horada el recuerdo
Por la paz que se baña en el cielo de la tarde
La paz está a la altura de aquellos ojos que vimos un día
Está a la altura de un canto que cubre el vértigo interno

Por las nubes que ocupan ese sitio del cielo donde mirábamos ayer
Por los días que se engastan en su semana
y ruedan como lágrimas a lo largo del año
Por las campanas encarnadas en el aire
O el aire que toma carne en las campanas
Por el otoño que se deshace
Llega el alma a la cumbre de sí misma

Por el pájaro envuelto en sus vuelos
Y que no puede salir de sus vuelos
Por la música que no puede salir más allá de sí misma
Por las barcas mecidas sobre las rodillas del mar
Por la caricia de la noche colgando de la luna
Por esa estrella que cabecea en el silencio
Llega el alma a la cumbre del alma

Un viento con olor a suicidio
La muerte es clara y precisa
La muerte se hunde en su silencio propio
Nadie tiene la cara más inocente
Los dedos más inocentes
Ni un agua más inocente al fondo de los ojos

Una bruma después
Una risa siniestra entre la bruma
O un llanto en las lámparas internas
Las lágrimas caen como soldados
Una ventana que se cierra en todas partes
y luego el rincón infinito
La muerte es clara y precisa
La muerte se hunde en sí misma

El marfil y la cera alargándose a través de los siglos

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Vicente Huidobro (Santiago de Chile, 1893-Cartagena, 1948)