sábado, 21 de abril de 2018

roy sigüenza / cuatro poemas




TODO EL MAR SE PARECE
Si el mar fuera sacudido como una tela
Si comenzara a hablar un día de estos
Es suave su risa por ahora
su grafía se construye en la arena
se borra
Aúlla de pájaros cierta temporada
-el sol se quema como si fuera una pestaña
de fuel oil-,
o muere en las alas desechas de un pelícano caído
Viniendo de él Odiseo aún no llega a Itaca
Penélope confunde el deseo en la urdimbre
del tejido
La ciudad es un avispero de ruidos y un crimen
en la crónica roja de los periódicos de la mañana
Mejor la confusión de los puertos
El mar de Jambelí es el mismo mar que mella los
atracaderos en Ámsterdam
Allí la huella de las embarcaciones con un mismo
significado:
la voracidad

                                                                (un corazón vacío
                                                           un par de manos heladas

                                                     una palabra imposible de decir)

El agua haciendo que la vida corra,
que vacile al filo de la orilla como un desnudo
trozo de mangle;
que vaya a la playa como una deidad poseída
por el furor del nacimiento:
la semilla de la fruta de sal
El agua anunciante de su certeza
Mañana será lo mismo: el mar es un fósil despierto

~~~

Escondites

*

Los hoteles no permiten
parejas de hombres
enamorados en sus cuartos
(aunque presuman de heterosexualidad
el recepcionista siempre tiene sus dudas)
para ellos están las casas abandonadas,
el monte, los parques,
los asientos traseros de los cines,
los autobuses
                (las luces apagadas)
hasta donde acude el amor,
los llama y los acoge.

~~~

Exilio

*

Es aquí donde edifico mi reino:
En la orilla de tu cuerpo,
a su sombra dormida ato caballos al sueño
y pongo el mar de la extensión que quiera;
puedo decir estoy solo, despierto,
al costado de la única verdad en la que creo
cuando oigo cantar lo leve de la sangre
y la mano tiene solo un dominio
(los brazos son agua, miel, saliva, esperma
lo que quiera la sed)
¿quién dirá devastación, caída, muerte?
¿quién, en la belleza derramados, dirá el sexo
es una trampa?
si estás a la mano como el silenciar de la piel
–el jardín de oro en el que los dos cosechamos–
Donde bebemos el agua de muerte
y las lenguas van y vienen
suben y bajan
como animales de hambre

Allá que el ruido incendie la granja de cría de
cerdos de la luna –ese niño enfermo–
y el mar eche a volar la más descabellada de sus
aves domésticas

Será un reino fugaz, quizá,
pero ¿a quién le importan las necrologías?

*
¿oyes ese rumor de llamas cuando lo que silencia llega?

no busques en el nervio de la noche:

a otros se les dio ese don y no han regresado

~~~

Un Rousseau

*

Criaturas que fueron hechas para ser adoradas
se oscurecen de muerte si alguien las mira


El amor es una extraña prevención en el paisaje


Las caricias se pudren


Algo perdido camina buscándose entre la maleza

***
Roy Sigüenza (Portovelo, 1958)

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